¿No será mucho? Resulta que vemos el móvil 150 veces al día. Si hacemos cuentas y consideramos que en un día normal pasamos despiertos 16 horas (esto sería algo como levantarse a las 6:00 AM y acostarse a las 10:00 pm) lo anterior nos lleva al hecho que vemos la pantalla del móvil en promedio cada 6 minutos.
A finales del año 2016 me percate que pasaba horas utilizando mi smartphone, esto por supuesto que tenía efectos nocivos de los cuales no estaba consciente.
De alguna manera una de las consecuencias de pasar tanto tiempo en el móvil fue que empece a padecer de PVS (Phantom Vibration Syndrome), esto quiere decir que muchas veces revisaba el móvil creyendo que tenía una llamada o que había recibido un mensaje.
Sumado a esto empece a tener dolor en los brazos y de espalda por utilizar tanto el móvil y luego que el consumo de batería era bárbaro. La primera solución fue utilizar un smartphone más pequeño para ver si el problema se resolvía sin embargo al ser más ergonómico el problema incluso creció más…
La gota que derramo el vaso fue instalar una aplicación llamada Moment cuyo propósito era obtener estadísticas de uso del smartphone y tiempo en las aplicaciones. Recuerdo que mi promedio diario de uso del dispositivo era de más de 4 horas. Tenía que tomar medidas drásticas.
Lo anterior me llevó a un proceso “Detox Digital” tratamiento que aún sigo desarrollando, y que hoy me permite ser más productivo, teniendo el control del dispositivo y una vida más productiva, generando mejores ideas y siendo más efectivo para los negocios y oportunidades en las que trabajo en el sector digital.
La adicción al móvil no es ninguna analogía aleatoria para describir el tema, esta comprobado por diversos estudios que los estímulos generados por las alertas y notificaciones del móvil activa las mismas áreas del cerebro que la cocaína.
Es más, unos días atrás fue publicado en el New York Times un reportaje de la periodista Iliana Magra titulado “Britain’s ‘new puritans’: Youth Drinking Falls Dramatically” y una de las posibles causas de esta tendencia es de que “Las Redes Sociales han ayudado a provocar la disminución del consumo de alcohol entre adolescentes porque les da a las personas más maneras de impresionar a otros que emborracharse en fiestas…”.
Evidentemente esta a la vista de todos que las Redes Sociales pueden generar comportamiento adictivo, sin embargo ¿Cuál es el impacto de todo esto para los negocios?
Utilizar únicamente las Redes Sociales para llegar al consumidor por un lado es atractivo para llegar a una masa “cautiva” mientras que por otro lado nos pone en el riesgo de tener mucha dependencia en algoritmos que van cambiando más rápido de lo que somos capaces de predecir.
La proporción de inversión en medios proyectada para el próximo año nos da claridad en este tema.
A nivel mundial y para 2019 los 5 medios en los que habrá mayor inversión de publicidad en orden de relevancia son:
- Televisión (32.6%),
- Motores de Búsqueda (17.2%),
- Redes Sociales (9.2%),
- Publicidad de Display (6.1%) y
- Online Video Marketing (5.8%).
Lo anterior significa que si bien, una de las principales razones de consultar en promedio 150 veces al día el smartphone son las Redes Sociales, no son el único canal para llegar al consumidor y tampoco son el canal más eficiente en temas de ROI, lo vemos por el porcentaje de inversión en SEM / Motores de Búsqueda (17.2%) que prácticamente es el doble que el de Redes Sociales.
La otra lección para las marcas es que el usuario busca estar informado. En el estudio de iLifebelt más reciente, 65% de los centroamericanos afirman que siguen a una marca en Redes Sociales para estar informados.
Contenidos breves altamente “escaneables” será una de las claves para 2019.