Columna publicada originalmente en Forbes Centroamérica.
Según un estudio publicado recientemente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Latinoamérica no está bien preparada para las tecnologías del futuro. Existen algunas excepciones como Brasil, Chile, Costa Rica y Panamá.
Pero, ¿qué pasa con el resto de las naciones del istmo?
Siendo guatemalteco he vivido en carne propia los retos que implicó para las empresas locales la irrupción de la pandemia. De un día para otro, cientos de empresas se vieron obligadas a iniciar operaciones en modo “digital” para mitigar la propagación del COVID-19.
Fue durante marzo del 2020 que la vida nos cambió. De repente el hogar se convirtió en la oficina y la escuela, lo cual hasta el día de hoy sigue generando repercusiones y retos para los que no estamos preparados.
¿Cuál debe ser la estrategia y en qué deben avanzar las empresas de nuestros países para afrontar de mejor manera los retos que la nueva normalidad ha traído?
Mejor conectividad:
En primer lugar, necesitamos mejor conectividad. Hasta el día de hoy cientos de profesionales en la región no pueden tener adecuadas sesiones de trabajo o presentaciones porque el ancho de banda no lo permite.
Es común estar en reuniones donde la conectividad falla y por lo tanto las sesiones se deben reprogramar (en el mejor de los casos) o simplemente se sigue adelante aún con las limitaciones.
En la región, únicamente Costa Rica y Panamá ofrecen niveles aptos de conectividad a precios razonables.
No es que en Guatemala o el resto de Centroamérica no haya maneras de tener una conexión superior a los 100MiB por segundo, el problema son los costos y que sobre todo en las zonas fuera del distrito metropolitano, muchas veces no existe la infraestructura para proveer este nivel de servicio.
Hoy existen tecnologías que ya se aprovechan en otras regiones del mundo (IOT, IA, asistentes de voz, etc.), sin embargo, sin una buena conectividad en Centroamérica, seguiremos sin poderlas utilizar para mejorar nuestra competitividad.
Mejor infraestructura:
El tema de Internet no es el único problema en la región. La pandemia hizo que miles de personas decidieran emprender para satisfacer nuevas necesidades surgidas en el mercado a través de plataformas de comercio electrónico o economía circular en plataformas como el Marketplace de Facebook.
¿Qué ocurre cuando dichos emprendedores – sobre todo en el área rural- no tienen acceso a energía eléctrica? Esta es otra situación que afecta a las naciones en la región.
Afortunadamente en el caso de Guatemala, se sigue avanzando en la mejora de la infraestructura eléctrica, pero para el resto de las naciones (a excepción, nuevamente, de Costa Rica y Panamá), es una tarea pendiente.
Más talento:
Surgieron nuevas necesidades que necesitan nuevos conocimientos para resolverlas. Así que las empresas hoy más que nunca, deben renovar las competencias de sus talentos para afrontar de manera adecuada las nuevas necesidades que el mercado van demandando.
Existe una brecha muy amplia que le resta competitividad a las empresas por este factor.
Es importante mencionar que Internet a través del e-learning también se ha convertido en un medio para desarrollar nuevas competencias; sin embargo, si no hay buena conectividad o infraestructura, finalmente la formación online no puede desarrollarse.
Un talento adecuadamente formado sin duda es el recurso más valioso para las empresas y un motor de desarrollo para los países a través de la innovación.
Si queremos que toda Centroamérica esté mejor preparada para el futuro y que la reputación digital de la región cambie, la hoja de ruta es clara: mejor conectividad, más infraestructura y más talento.