Hace algunos días conversando con Walther [un amigo], coincidíamos en las penas [ y re-penas 🙂 ] que algunas veces los regionalismos de nuestro bello idioma español nos hacen pasar. «Refacción» se interpreta como algo totalmente diferente en México a lo que significa en Guatemala. Y dependiendo de la forma en que lo digamos, los significados se pueden matizar. ¿Refacción?… RE-FAC-CION… es la misma palabra con interpretaciones que no necesariamente convergen. Lo aprendí de «mala forma» una fallida tarde donde estando en el Distrito Federal a eso de las 4:00 PM se me ocurrió decirle a otro amigo «Vamos por la refacción». En Guatemala esto significa «Vamos por la merienda» pero en México significa «Vamos por el repuesto del vehículo»… en fin, fui «víctima» del idioma y fue el chiste de toda la semana…
Es una realidad que la comunicación es un proceso que esta sujeto a variables que no siempre podemos controlar.
Por eso me apasiona el tema, porque en el correcto uso de la comunicación y en el aprovechamiento de los medios digitales puede estar el origen de empresas más rentables y quizá, vidas más plenas.
No deberíamos preguntarnos «Como ha evolucionado la comunicación» sino en «Que forma podemos aprovechar estos cambios para comunicarnos mejor».