El accionista que no era generoso

Me encanta tener dinero, pensó el accionista mientras atravesaba la puerta principal y salía de la casa imponente que tenía en Long Island. Era una fresca mañana de octubre. ¡Y lo que más me gusta es que lo he conseguido todo por mis propios medios!

Al joven apuesto y de constitución atlética le complació ver que su limusina estaba estacionada tan cerca de la entrada del edificio como era posible. Se levantó el cuello del saco y pasó raudo por delante del Conductor, que le sostenía abierta la puerta del auto.

– Tome los tres bolsos que dejé detrás de la puerta, por favor – le solicitó el Accionista, sin dudar por un instante que él obedecería sin pestañear. Últimamente no acostumbraba a cargar nada: solo la valija con la computadora portátil, pero prácticamente nada más. Se deslizó en el asiento trasero y el Conductor cerró la puerta, con cuidado pero con firmeza. Unos segundos más tarde, el Conductor colocaba los bolsos en el baúl y se sentaba detrás del volante.

– ¿Podría subir un poco la temperatura?

– Sí, señor – accedió el Conductor.

Seguir leyendo

¿Qué es el abismo?

  • Es la quinta entrevista de trabajo en la cual ni siquiera te llaman por teléfono para informarte el resultado.
  • Es la banda musical de garage que toca en un club vacío en la mitad de la nada.
  • Es la séptima vez que te caes aparatosamente mientras intentas aprender snowboarding.
  • Es la mitad de la maratón, cuando la emoción del disparo de arranque es apenas un recuerdo vago y la felicidad de la meta no es más que un sueño distante.
  • Es cualquier época difícil que tienes que superar antes de alcanzar la gran meta… si, de hecho, estás buscando la meta correcta.

¿Qué más?

Ah, sí, también es la clave de tu carrera profesional, el futuro de tu empresa y quizá de tu propia felicidad.

Seguir leyendo