Más allá del cheque: Lo que realmente significa recibir capital de riesgo en Latinoamérica

Columna publicada originalmente en Forbes México el 12 de Noviembre de 2025

Levantar capital de riesgo se ha convertido en una especie de rito de iniciación para emprendedores en América Latina. Pero hay una verdad incómoda que pocos admiten: levantar capital de riesgo no es simplemente conseguir dinero para crecer. Es firmar un pacto que puede llevarte al estrellato o convertirse en una camisa de fuerza que no te dejará dormir.

Entonces, ¿qué significa realmente recibir inversión de capital de riesgo? En términos simples, es cuando un fondo de “VC” (Venture Capital) te inyecta capital a cambio de participación accionaria en tu empresa. No es un préstamo bancario que pagas mes a mes. Es una apuesta de alto riesgo: el inversionista cree que tu startup puede multiplicar su valor 10, 20 o incluso 100 veces, y está dispuesto a asignar parte de su capital en tu compañía con la esperanza de que tú seas el próximo unicornio (una empresa valorada en más de $1,000 millones de dólares).

2025 está demostrando ser un año de recuperación para el ecosistema latinoamericano. Después del «invierno de VC» de 2022-2024, estamos viendo rondas robustas que indican que los inversionistas vuelven a confiar en la región.

Tomemos casos concretos. En México, Klar cerró una ronda Serie C de $190 millones liderada por General Atlantic, alcanzando una valuación superior a $800 millones. Este neobanco mexicano fundado en 2019 ya cuenta con más de 2 millones de usuarios y reporta ingresos anuales cercanos a los $300 millones. Pero aquí está el detalle: recibir ese capital significa que ahora tienen nuevos inversionistas institucionales con expectativas claras de crecimiento exponencial y eventual salida, ya sea mediante una oferta pública inicial (IPO) o una adquisición.

Otro ejemplo es Kapital, también de México, que en septiembre de 2025 levantó $100 millones en una ronda Serie C que lo llevó a convertirse en unicornio con una valuación de $1,300 millones. Kapital no es una fintech cualquiera: adquirió Banco Autofin en 2023 e Intercam en 2025, consolidándose como grupo financiero. Su estrategia combina tecnología bancaria con inteligencia artificial para atender al segmento de pequeñas y medianas empresas (Pymes), un mercado que representa casi 50% del PIB mexicano pero históricamente desatendido por la banca tradicional.

En Brasil, Omie cerró la mayor ronda de startups del país en 2025: R$855 millones (aproximadamente $160 millones) liderada por Partners Group, valuando a la empresa en $700 millones pre-money (es decir, la valuación antes de recibir el nuevo capital). Omie ofrece software de gestión empresarial (ERP) para Pymes y ya procesa mensualmente R$35 mil millones en facturas, equivalente al 3.5% del PIB brasileño. Lo interesante es que esta ronda fue mayoritariamente secundaria, lo que significa que los inversionistas anteriores vendieron parte de sus acciones para tomar ganancias, mientras que inversionistas como SoftBank, Riverwood Capital y Tencent decidieron mantener su apuesta.

Pero regresemos a la pregunta fundamental: ¿qué implica realmente firmar un term sheet (la hoja de términos que establece las condiciones preliminares de la inversión) con un fondo de capital de riesgo?

Primero, estás cediendo control. Cuando aceptas VC funding, generalmente otorgas al inversionista un asiento en tu mesa directiva, derechos de veto sobre decisiones estratégicas y cláusulas de protección anti-dilución (que protegen al inversionista de futuras rondas a valuaciones más bajas). El term sheet no es vinculante en su mayoría, pero establece el marco de la negociación: cuánto vale tu empresa, cuánto capital entra, qué porcentaje de equity entregas y qué derechos especiales obtienen los inversionistas.

Segundo, estás aceptando un reloj de cuenta regresiva. Los fondos de capital de riesgo operan bajo una lógica de portafolio: invierten en 20 o 30 startups sabiendo que muchas fracasarán, algunas sobrevivirán y una o dos generarán retornos masivos que compensan todo lo demás. Por eso esperan que tu empresa crezca exponencialmente y les devuelva 10x o más a su inversión en un plazo de 5 a 7 años, ya sea mediante una adquisición o un IPO.

Tercero, la mayor parte de veces sacrificarás rentabilidad por crecimiento. La lógica del VC funding prioriza capturar mercado rápidamente, incluso si eso significa operar con pérdidas durante años (Uber es un caso famoso en este sentido). Esto tiene sentido en industrias donde el ganador se lleva todo (winner-takes-all), como marketplaces o plataformas digitales, pero puede ser destructivo en modelos de negocio donde la rentabilidad temprana es viable.

¿Y qué pasa si no cumples las expectativas? Aquí es donde se pone interesante. A diferencia de un préstamo bancario, no te embargan si fracasas. Pero sí enfrentas presiones para pivotar, recortar costos, cambiar el equipo directivo o incluso vender la empresa a un precio que no necesariamente te favorece. Las cláusulas de liquidación preferente aseguran que los inversionistas recuperen su capital antes que los fundadores en caso de venta.

La realidad es que el venture capital funciona espectacularmente bien para ciertos modelos de negocio y es una trampa para otros. Si estás construyendo una plataforma B2B SaaS que requiere expansión internacional rápida, como las fintechs latinoamericanas que están compitiendo con gigantes globales, el VC te será de utilidad. Si estás abriendo una cadena regional de restaurantes o un negocio de servicios profesionales, probablemente no.

Para emprendedores que están considerando levantar capital de riesgo, la pregunta no debería ser «¿cómo consigo inversión?» sino «¿realmente necesito este tipo de capital?»

Si tu respuesta es que necesitas crecer más rápido que la competencia para capturar un mercado grande, entonces adelante. Pero si puedes construir un negocio rentable con crecimiento orgánico, quizás las alternativas como venture debt (deuda convertible), revenue-based financing (financiamiento basado en ingresos) o incluso bootstrapping (autofinanciamiento) tengan más sentido.

El capital de riesgo es una herramienta poderosa, no un objetivo en sí mismo. En un ecosistema como el latinoamericano, donde fondos regionales como Kaszek, Impacta VC y 500 están invirtiendo activamente, y donde fondos globales como SoftBank, General Atlantic y Tencent apuestan por la región, entender qué significa realmente el VC funding es la diferencia entre construir un negocio sostenible y perseguir métricas vacías que nunca se materializan en valor real.

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