Entre a la tienda departamental de mi ciudad para hacer unas compras navideñas de último minuto. Miré toda la gente y renegué entre dientes.
Estaría allí para siempre… Y tenia muchísimo que hacer. Navidad estaba comenzando a ser un enfado. Yo preferiría dormir, hasta que pasará la navidad.
Me fui lo más pronto posible entre toda la gente, Y me dirigí al departamento de juguetes. Estando allí, renegué de nuevo sobre los precios de todos estos juguetes, y me puse a pensar que si mis nietos los apreciarían o si iban a jugar con ellos.
Me encontré en la sección de las muñecas. De reojo, mire un niño de más o menos cinco años abrazando una linda muñeca. Le tocaba su cabello y la abrazaba tan tiernamente, que sin querer, seguía yo volteando hacia el niño y pensando que para quién sería esa muñeca…