No se trata de vender, se trata de amar lo que se hace y perseverar

Esta semana fue peculiarmente interesante por los siguientes hechos:

  • Un amigo me pidió que nos reuniéramos. Él tenía un tema importante que tratar y básicamente era que necesitaba incrementar sus ventas, estaba pasando por un momento complicado y buscaba respuestas sobre qué hacer y cómo aprovechar de mejor forma las plataformas digitales.
  • Almorcé con un buen amigo quien me comentaba que la “situación estaba difícil” y que era un tema posiblemente generado por la incertidumbre política que se vive en el mundo.
  • Una reunión con un Lead (que al final SI se convirtió en cliente) y quien dentro de uno de sus negocios se dedicaba a la consolidación de deudas, me comentaba que para las empresas estos meses habían estado «complejos».
  • Dos contactos que me enviaron su CV para ver si les podía referir a alguna empresa.
  • Un proveedor que me recontactó por una propuesta de hace unos meses haciendo un descuento del 40% en un servicio que solicitamos pero que por la fecha y planes de la empresa no pudimos adquirir.

Realmente todo esto junto me preocupó… y es que era un tema que ya percibía desde algún tiempo atrás. Lo cierto es que con los años que tengo, formación, experiencias, forma de pensar y «rarezas» que ni siquiera yo mismo entiendo de mi persona, he llegado a la conclusión que donde las cosas faltan es porque en otro lado sobran y lo cierto es que las temporadas de retos para las empresas normalmente se vuelven oportunidades para las ventas. O al menos oportunidades para los que ayudan a otros a vender más (Acá incluso tengo una nota con 3 tips para vender por Internet). Y por eso hago al final esta reflexión.

En cualquier ciclo siempre hay periodos difíciles pero que nos llevan a periodos mejores. La propia vida en el proceso de convertirnos en adultos nos enseña que para caminar debemos primero aprender a hacerlo y esto muchas veces es a golpes. Y en las empresas ocurre lo mismo. Yo tengo algo similar a un “mantra”, una “idea”, un «slogan para ser más sobrio emocionalmente» y que siempre me ayuda a ver las cosas con perspectiva…. y es que el éxito al final se trata de ir de fracaso en fracaso sin perder los ánimos. Me encantaría decir que es una frase propia, pero nada es peor que el auto engaño, así que francamente debo reconocer que es una idea expresada por Churchill…Cuando la escuché por primera vez, inmediatamente supe que era una forma de pensar de quienes vemos la vida de un modo que va más allá de las carreras del día a día.

Debo reconocer que no se trata de pesimismo, al contrario las cosas normalmente son mejores de lo que «sentimos» sino es por el hecho que la vida nunca sale como la planificamos (y eso técnicamente es un fracaso). La clave esta en darse cuenta que fracasar no es malo, quedarse en un estado de fracaso si, pero vivirlo como un proceso de aprendizaje es muy valioso para seguir y crecer. Y todo depende desde el ángulo en que observemos las cosas.

Resulta que esta semana también se han dado otro tipo de hechos:

  • Tuve una llamada que me alegró mucho indicado que alguien nos contrataba para un tema de capacitación.
  • También un cliente confirmó (el que se dedica a consolidación de deudas y otros temas) la contratación de dos servicios.
  • Esta semana recibí un correo indicando que en un proceso que llevábamos desde hace un par de meses, ya estabamos en fase de órdenes de compra.
  • Un mensaje desde LinkedIn pidiendo una propuesta para un proyecto con muchas probabilidades de salir en otros país al que me encanta viajar!
  • Correr ayer por mandar cotizaciones para servicios que con buen seguimiento, negociación y fe, lo más seguro es que pronto llegarán.
  • La firma de un contrato de un negocio con clientes que se «sorprendieron» de lo joven que me veo fisicamente 😉

Así que no creo que emprender se trate de vender, personalmente para mi esa fórmula ya no funciona. Yo amo lo que hago y si fuera multi-millonario lo más probable es que seguiría haciendo lo que hago y creo que al final allí está la clave: ser feliz para vender más, amar lo que se hace y salir a ayudar sin esperar algo a cambio. Lo peor que puede suceder es que nos digan que no. Lo mejor que puede pasar? más que obtener un cheque o incrementar el portafolio, es la oportunidad de ayudar a otros seres humanos. Es una ley divina «Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas.» Mateo 7:12.

 

 

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